El síndrome antifosfolipídico (SAF) es una enfermedad autoinmune sistémica que se caracteriza por la producción de autoanticuerpos (AAF) que actúan contra componentes de las propias células o tejidos, y que, además, puede afectar a distintos órganos. “Se describió inicialmente en 1983 y, aunque se ha avanzado en el conocimiento de los mecanismos patogénicos que conducen a los eventos trombóticos, obstétricos, hematológicos, etcétera., aún queda mucho camino por recorrer en cuanto a la investigación para poder seguir conociendo los mecanismos que dan lugar a los síntomas y diseñar tratamientos dirigidos hacia ellos”, según explica la Dra. Mª José Cuadrado, portavoz de la Sociedad Española de Reumatología. Seguir leyendo.
Pacientes y especialistas en Reumatología abogan por una mayor investigación y más visibilidad del síndrome antifosfolipídico
