En concreto, los investigadores han descubierto posibles aplicaciones clínicas de los interferones, unas moléculas que produce nuestro sistema inmunitario en respuesta a infecciones. Javier Rodríguez Carrio, profesor del área de Inmunología de la Universidad de Oviedo y primer firmante del trabajo, explica que estas moléculas se pueden generar en grandes cantidades de forma patológica, por ejemplo, cuando se tiene una enfermedad reumática y musculoesquelética. Los resultados del trabajo son, asegura Rodríguez, “ilusionantes” y, más aún, suponen un “hito”, pues en este campo “apenas se han propuesto nuevos marcadores en los últimos 15-20 años”, y además, aplicados al diagnóstico. Seguir leyendo