La  Polimialgia  reumática  (PMR)  es una  enfermedad  reumática inflamatoria que  afecta a  pacientes  mayores de 50 años, con ligero predominio en mujeres y que  ocasiona dolor inflamatorio en los hombros, región cervical y cintura pelviana. Suele cursar con marcada rigidez matinal y un inicio  abrupto  de los  síntomas. Los pacientes presentan dificultad para levantar los brazos, levantarse de las sillas y para tareas cotidianas como peinarse y asearse. En ocasiones, el paciente puede presentar además inflamación en los carpos, túnel carpiano o afectación de las articulaciones de la clavícula.

El retraso en su diagnóstico y tratamiento conlleva mal pronóstico y depresión. Una vez  que  se sospecha, debe realizarse una  analítica  que revelará  elevación de los reactantes de inflamación y, en ocasiones, anemia moderada.

Entre el 15%-30% de los casos  puede  asociarse a  una  arteritis de la temporal, que produce determinados  síntomas  como cefalea intensa, claudicación a la masticación o  pérdida transitoria de la visión; si existen dudas  se debe realizar una biopsia de la arteria temporal que  esté más afectada. Raramente, puede ocasionar una  amaurosis ( ceguera total) que requeriría terapia intensiva.

En cuanto al tratamiento, esta enfermedad es  exquisitamente  sensible a los corticoides en dosis moderadas que controlarán los síntomas en un breve periodo de tiempo, con un descenso paulatino de los mismos para evitar un rebrote de la enfermedad, manteniéndose a dosis bajas durante un periodo más largo que se evaluará por su reumatólogo. En ocasiones, y de forma inicial, el paciente se beneficiará de una infiltración en los hombros.

Puede suceder que  el paciente  requiera  dosis más altas o continuadas de corticoides para controlar sus síntomas; en estos casos, se pueden asociar al tratamiento dosis bajas de inmunosupresores, como el  metotrexato. Es conveniente, además, realizar prevención de osteoporosis inducida por corticoides.

Un pequeño porcentaje de pacientes con PMR puede padecer una  neoplasia subyacente, que se sospechará en pacientes resistentes al tratamiento con esteroides, por lo que habrá de realizarse un despistaje de tumor oculto (mama, colon, próstata, linfomas).

En general, el pronóstico de esta enfermedad es favorable ya que la respuesta al tratamiento suele ser buena.

 

Imagen: Fondo de imágenes de la SER