Con la bajada de las temperaturas, las consultas médicas comienzan a recibir a los primeros pacientes con las manos pálidas, azuladas o enrojecidas por el frío. Así lo explica el doctor Víctor Espuig, que advierte que estos síntomas pueden ser signo del síndrome de Raynaud, una alteración vascular que se activa por el frío o incluso por el estrés emocional. Seguir leyendo.
Víctor Espuig, médico: “Con la llegada del frío empiezan a aparecer los primeros casos de síndrome de Raynaud”
