¿Qué son los fármacos biológicos y los anti-TNF?
Los fármacos biológicos son medicamentos elaborados mediante biotecnología en sistemas vivos (como células o proteínas). Entre ellos se encuentran los fármacos inhibidores del TNF, también llamados anti-TNF.
El TNF (factor de necrosis tumoral) es una proteína del sistema inmunitario que participa en la inflamación. En algunas enfermedades autoinmunes e inmunomediadas, los niveles de TNF están aumentados y contribuyen a la inflamación crónica.
Los fármacos anti-TNF actúan bloqueando esta proteína, reduciendo así la inflamación y mejorando los síntomas.
¿En qué enfermedades se utilizan?
Los anti-TNF se emplean en el tratamiento de distintas enfermedades reumáticas e inflamatorias, como:
- Artritis reumatoide.
- Artritis psoriásica.
- Artritis idiopática juvenil.
- Espondiloartritis.
- Enfermedad de Behçet.
- Otras enfermedades inflamatorias sistémicas.
¿Cómo se administran?
Los fármacos anti-TNF pueden administrarse de dos formas:
- Por vía subcutánea (auto-inyección):
Se aplican mediante un dispositivo con una aguja pequeña que inyecta el medicamento bajo la piel del muslo o del abdomen. La frecuencia depende del fármaco (semanal, cada 2 o 4 semanas). - Por vía intravenosa (infusión):
Se administran en el hospital de día médico, generalmente cada 4 a 8 semanas, según el medicamento.
¿Qué tipos de fármacos anti-TNF existen?
Actualmente se utilizan cinco medicamentos principales:
- Adalimumab
- Certolizumab pegol
- Etanercept
- Golimumab
- Infliximab
Duración y control del tratamiento
El tratamiento con anti-TNF suele ser de larga duración. Su reumatólogo controlará periódicamente la evolución de la enfermedad para comprobar la eficacia y ajustar la dosis o la frecuencia si es necesario.
Efectos adversos y precauciones
Como estos medicamentos actúan sobre el sistema inmunitario, pueden aumentar el riesgo de infecciones graves. No hacen que sea más fácil contagiarse, pero las infecciones pueden complicarse más.
Antes de iniciar el tratamiento, es necesario realizar un cribado de infecciones latentes (como tuberculosis) y revisar el calendario de vacunación.
Otros posibles efectos secundarios y las recomendaciones durante embarazo o lactancia pueden variar según el medicamento, por lo que debe consultarse con el reumatólogo.
Recuerde:
Ante cualquier duda sobre el tratamiento, los controles o los posibles efectos adversos, consulte siempre a su reumatólogo. No modifique la dosis ni suspenda el tratamiento por su cuenta.
