El metotrexato pertenece a una familia de medicamentos llamados antimetabolitos. En medicina, puede utilizarse como quimioterapia para tratar algunos tipos de cáncer, pero en reumatología se emplea a dosis mucho más bajas para regular el sistema inmunitario, que se encuentra alterado en diversas enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide o el lupus eritematoso sistémico.

El metotrexato ayuda a reducir la inflamación mediante un mecanismo relacionado con el metabolismo del ácido fólico, una vitamina esencial para el crecimiento celular. Sus efectos beneficiosos no son inmediatos: suelen notarse entre las 4 y 6 semanas tras iniciar el tratamiento, aunque en algunos casos pueden tardar hasta 3 meses. El objetivo del tratamiento es controlar la enfermedad de forma estable, evitar la inflamación y el daño que esta produce, y reducir la necesidad de otros medicamentos de acción rápida, como los derivados de la cortisona.

Formas de administración

El metotrexato puede administrarse de dos maneras:

  • Vía oral: en comprimidos de 2,5 mg, que deben ingerirse enteros y todos juntos el día indicado. En población pediátrica también existe presentación en jarabe.
  • Vía subcutánea: mediante inyección semanal con pluma precargada, habitualmente en el abdomen o los muslos.

En general, la vía oral se utiliza para dosis de hasta 15 mg por semana. Si se requieren dosis mayores, se recomienda la vía subcutánea, ya que mejora la absorción del fármaco.

⚠️ Muy importante: el metotrexato debe tomarse una sola vez por semana y siempre el mismo día. Tomarlo más de una vez a la semana puede causar efectos adversos graves.

Suplemento de ácido fólico

Independientemente de la vía de administración, es necesario tomar ácido fólico al día siguiente de la dosis de metotrexato. Este suplemento ayuda a prevenir algunos efectos secundarios, como:

  • Llagas en la boca
  • Náuseas o molestias digestivas
  • Diarrea
  • Alteraciones en las células de la sangre

Controles y precauciones

El metotrexato es, en general, un medicamento seguro y bien tolerado si se usa correctamente y se siguen las recomendaciones médicas.

Antes de comenzar el tratamiento, es obligatorio realizar análisis de sangre para comprobar el buen funcionamiento del hígado y los riñones.

Durante el tratamiento, se harán controles periódicos mediante análisis para vigilar una posible toxicidad hepática o de la médula ósea. La frecuencia de estos controles la decidirá su reumatólogo, según la dosis y su situación clínica.

Posibles efectos secundarios

Los efectos adversos graves son poco frecuentes cuando el medicamento se administra adecuadamente y se mantienen los controles recomendados. Sin embargo, algunas personas pueden notar:

  • Pesadez de estómago
  • Náuseas o vómitos
  • Pérdida de apetito

Si presenta alguno de estos síntomas, consulte a su médico. A menudo pueden solucionarse ajustando la dosis, la vía de administración o con tratamientos complementarios.

Embarazo y lactancia

El metotrexato está totalmente contraindicado durante el embarazo y la lactancia, ya que puede causar daño al feto o al bebé.
Si planea quedarse embarazada o su pareja está en edad fértil, coméntelo con su médico antes de iniciar o continuar el tratamiento.

Recuerde:
El metotrexato es un tratamiento eficaz y seguro si se usa de forma correcta y con el seguimiento médico adecuado. No dude en consultar a su reumatólogo ante cualquier duda o síntoma.